miércoles, 14 de octubre de 2015

La Inexpresiva

En Junio de 1972, en un hospital Americano apareció una mujer sangrado solamente vestida con un camisón blanco. Eso no debía ser sorprendente, pero tenía dos cosas que hacía que la gente vomitara y saliera despavorida.

La primera es que ella no era exactamente humana. Se parecía a un maniquí pero caminaba y hablaba con la fluidez de un humano normal. Además su rostro estaba desprovisto de cejas y su cara estaba untada de maquillaje.

La mujer sujetaba un pequeño gato en sus dientes fuertemente. Sus mandíbulas lo sujetaban con tan poca naturalidad que no se le veia la dentadura. Luego lo sacó de su boca, lo arrojó a un lado y se derrumbó.

La llevaron a una sala extremadamente limpia para sedarla, mientras ella estaba sentada tranquilamente sin ninguna expresión en su rostro. Los médicos coincidieron en retenerla allí hasta que vinieran las autoridades, y ella no protestó. El personal no consiguió sacarle nada de información y eran incapaces de mirarla tan siquiera unos segundos.

En el momento en que intentaron sedarla, la mujer o lo que fuera intentó defenderse con todas sus fuerzas. Entonces se giró al doctor e hizo algo inusual. Ella sonrió.

Mientras lo hacía, el médico gritó y salió despavorido. En la boca de aquel ser no había dientes humanos, solo había grandes agujas afiladas bañadas en sangre. Demasiado pequeñas para cerrar la boca y no hacer ningún daño.

El doctor, asustado, se volvió hacia ella y preguntó: "¿Qué demonios eres?".

El ser se liberó de los enfermeros de un salto y agrietó su cuello hasta el hombro sin dejar de observarle con su expresión tranquila.

Hubo una larga pausa. Las alarmas se oían por los pasillos y la seguridad había sido alertada.

Rápidamente, el ser se abalanzó al doctor y le clavó los dientes en la yugular.

La cosa, sin dejar de mostrar en su rostro una cara de satisfacción, se le acercó y le susurró al oído: "Yo...Soy...Dios".

Dicho esto, se acercó a los de seguridad a saludar. Lo último que vió el doctor fue el festín de ella con cada uno de los policías.

La enfermera que sobrevivió la llamó "La Inexpresiva" y nunca se volvió a saber de ella.

Aquí os dejo una foto de aquel fantasmagórico ser:




















¿Real o ficticio?


Esta historia me pareció francamente difícil de clasificar. Se podría decir que el relato coge datos reales y ficticios. En aquella época podría haber aparecido una mujer psicópata en un hospital con cara desfigurada (algo que el relato exagera mucho), que hubiera matado al doctor de varios mordiscos poderosos, ya que no existen dientes humanos tan fuertes como para arrancar la yugular de un mordisco, y haber matado a los seguratas y seguramente se suicidara después de cometer tales atrocidades. Por supuesto, es mi punto de vista, simplemente podría ser una historia escrita por una persona, pero el relato se ve tan verídico que no puedo dejar de preguntarme si verdaderamente ocurrieron los hechos que aparecen en la historia.













1 comentario:

  1. Seguro que algunos dientes humanos podrán arrancar algunas que otras yugulares... pero parece ficción o tal vez los médicos y enfermeros de este hospital habían trabajado demasiadas horas seguidas... ;)

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