En la ciudad de Cádiz existe un caserón abandonado desde hace años en la
que se dice que habita el espíritu de una chica asesinada por su propia
madre. Su fantasma parece seguir viviendo en los espejos que hay en el
casa…
En la parte antigua de la ciudad española de Cádiz, por la hermosa zona
costera de la Alameda Apodaca y frente al monumento del Marqués de
Comillas, se yergue imponente una elegante casa de tres pisos y
abundantes ventanas que evoca con su arquitectura épocas pasadas.
Cuenta la leyenda que en aquella casa vivía un importante almirante
junto a su esposa y su hija. El almirante, que adoraba y consentía a su
hija más de la cuenta, le traía un nuevo espejo cada vez que volvía de
uno de sus viajes a tierras americanas.
Su hija coleccionaba espejos; y así, como un reflejo del afecto que el
almirante sentía por su hija, con el paso de los años la casa fue
repletándose de espejos en los cuales la hermosa chica podía mirarse una
y otra vez satisfaciéndose con aquella belleza de la cual su padre
presumía ante sus amigos y compañeros.
Mientras su madre, sumida en las espesas sombras del olvido, sufría cada
vez más celos y su resentimiento hacia su propia hija crecía y crecía
cada vez mas.
A medida que el tiempo pasaba, las discusiones y peleas entre madre e
hija cada vez eran más frecuentes en los periodos en que el almirante se
ausentaba. La relación madre-hija estaba cada vez más contaminada por
el secreto odio que había empezado a crecer en la madre, por un
sentimiento tan bajo y tan ciego que acabó por arrastrar al crimen a la
esposa del almirante.
En uno de aquellos viajes de su esposo la mujer del almirante aprovechó
para poner veneno en una bebida y así acabar de una vez y para siempre
con aquella hija a la cual terminó viendo como una rival a la que debía
liquidar para recuperar el amor que le había sido robado…
Cuando el padre de la joven regresó, se deshizo en llanto al saber que
su amada hija había muerto. Según la esposa una terrible enfermedad fue
la causa de la muerte.
No obstante, mientras el padre lloraba desconsoladamente en la
habitación de su hija, en uno de los espejos que más apreciaba su hija
apareció como en un mensaje enviado desde el más allá la escena de lo
que realmente sucedió y pudo ver como su esposa ponía matarratas en la
comida, un veneno que deterioró a su hija hasta que finalmente murió
tras una larga agonía…
Atónito y lleno de ira ante la amarga verdad, el almirante obligó a su
esposa a confesar el crimen y se encargó de hacer que fuese condenada a
pasar el resto de sus días tras la soledad de las rejas en alguna
mugrienta prisión. Sin embargo y pese a haberse hecho justicia, el viejo
marinero nunca más pudo vivir en aquella enorme casa en que cada espejo
le recordaba a su hija perdida. Por eso se marchó lejos sin importar
las consecuencias (dicen que no se volvió a saber de él), dejando tras
de sí una casa que permanecería abandonada durante décadas.
Durante ese tiempo la historia de la casa de los espejos y lo que en
ella ocurrió empezó a hacerse más conocida y algunos osados jóvenes
aprovechaban la noche para entrar en ella a escondidas y demostrar su
valentía o investigar si era cierto que allí aún residía el alma en pena
de la chica asesinada. Las personas se adentraban en el viejo caserón
aseguraban que en la planta superior de la vivienda se podían escuchar
llantos y lamentos de niña y en el silencio de la noche el sonido
parecía rebotar de forma extraña en los espejos, como si el sollozo
proviniera de cada uno de ellos…
Pero si hay algo aún mas escalofriante es el relato de aquellos que
osaron romper uno de los espejos, según cuentan en los fragmentos de
estos no se reflejaba su rostro, como si el trozo de espejo se negara a
devolver su imagen, en su lugar y si uno era tan imprudente como para
mirarlo fijamente el suficiente tiempo aparecería la niña muerta
reflejada, asomando lentamente su cara con una expresión de ira que
haría palidecer al más valiente. Normalmente aterrorizados huían los más
rápidamente posible del lugar y mientras escapaban podían ver por el
rabillo del ojo como la niña les observaba desde dentro de los espejos
que aún seguían intactos.
Actualmente la casa ha sido restaurada, sus paredes se han pintado de
verde y en su entrada se ha colgado un cartel que dice: “Alameda Apodaca
S.L. Venta de Viviendas de Lujo”. No obstante toda esa fachada es una
máscara vacía que no engaña a nadie pues, todo el que conoce la leyenda y
cree en fantasmas, mira con cierto temor o respeto aquella casa en la
que hace apenas unos pocos años los jóvenes seguían organizando
incursiones en grupo o concursos para ver quién se atrevía a permanecer
más tiempo dentro del caserón. Ninguno se atrevió a entrar por segunda
vez…
¿Real o Ficticio?
En mi opinión esta historia no tiene ni pies ni cabeza, simplemente con el hecho de que los espejos no son proyecciones de otra dimensión. Esta historia a mi parecer es Ficticia.
Historias Junto al Fuego
Bienvenidos amantes de lo sobrenatural. En este blog titulado "Historias Junto al Fuego", os enseñaré la parte más oscura de la realidad o la ficción y además os enseñaré historias horripilantes para una buena noche de acampada junto a una fogata con vuestros amigos y familia. Al final de cada historia, escribiré un pequeño texto para decir si creo que las historias son reales o ficticias y explicar brevemente el porqué.
martes, 3 de noviembre de 2015
jueves, 29 de octubre de 2015
La Imaginación de los Niños
(Atención, esta historia es muy larga, si te sientes perezoso no hace falta que la veas).
Es sabido por todos que los niños poseen una imaginación prodigiosa por el simple hecho de ser niños, dales una caja vacía y harán de ella una nave, un auto o hasta desearán vivir en ella, miramos con ternura como se divierten descubriendo el mundo y examinando aquellas cosas que desconocen, hasta es posible que noten algo que nosotros no.
La siguiente historia me la contó mi abuelo, ustedes podrán leer un poco más de él en otra historia que escribí. Él es un hombre campesino hecho y derecho, nacido y criado entre los cerros de la Sierra Madre del Sur. Cuando el era un niño abundaban las leyendas e historias de seres extraños y peligrosos, algunos robaban niños, mientras que otros hacían que los borrachos olvidaran donde estaban y cuando entraban en razón se hallaban caminando hacia su muerte en la cima de un escarpado cerro. Los niños crecían con un constante temor a lo que pudiera haber afuera del pequeño pueblo, a las penumbras que señoreaban las oscuras calles de la comunidad a la que aún no llegaba la energía eléctrica.
En una ocasión mi abuelo jugaba entre la maleza y los árboles junto con algunos niños y su prima, comenzaba a oscurecer pero allá nada significan los números en el reloj, la gente duerme cuando tiene sueño y se levanta cuando cantan los gallos, así que los despreocupados infantes corrían descalzos por el árido suelo pisando hierba seca y golpeándose con varas que encontraban, como Dios manda. Mi abuelo se apartó de los demás chicos por un momento y por simple capricho del destino se quedó observando el camino, era una pequeña vereda formada por el constante paso de caballos y burros, realmente no era muy larga pero parecía extenderse más allá de la vista, y se perdía entre los matorrales y los cercados de alambre de púas, aquellos que los campesinos colocaban para que el ganado no entrase a los terrenos de cultivo y arrase con todo a su paso.
El pequeño estaba a punto de dar marcha atrás y regresar con sus amigos cuando notó algo a la distancia, muy a lo lejos veía una figura que avanzaba de forma miserable hacia su posición, casi como si estuviese herida, conforme se acercaba podía apreciar más detalles. Tenía el pelo largo, seguro que era mujer, muy delgada, el pelo alborotado y vestiduras blancas, pero había algo más, sus piernas no eran normales, éstas se encontraban dispuestas de una forma tan extraña que inmediatamente causó pavor en el niño, estaban cruzadas en forma de equis y caminaba igual que un compás marca distancias sobre una hoja de papel, lo más asombroso era la velocidad a la que iba en esa posición, era como si estuviese corriendo movida por el más básico instinto de devorar o asesinar a lo primero que viera. El niño no lo pensó dos veces, regresó corriendo a donde estaban sus amigos y tomó a su prima fuertemente de la mano para correr con ella lo más rápido que sus piernas le permitiesen, sus ojos empapados en lágrimas se enfocaban únicamente en las tenues luces de las lámparas de petróleo del pueblo, su prima entendía que algo malo pasaba pero aún no era capaz de observar que era aquello de lo que escapaban.
- ¡Gabriel! ¿qué pasa? ¿porqué corremos?
- ¡Nos viene siguiendo, no te detengas!
Al llegar a su casa, el pequeño Gabriel cerró con fuerza la improvisada puerta de madera de la humilde construcción de adobe y se tiró al suelo sollozando, su madre rapidamente fue a él y lo levantó mientras que asustada le preguntaba que había sucedido, el chico contó con detalles todo lo que vió, describió la apariencia del extraño ser y lo rápido que corría, pero había un detalle, nadie más lo había visto. A la mañana siguiente el jovencito se apresuró a preguntarle a todos sus amigos si habían visto a aquella horrenda aparición tambien, pero todos lo negaron rotundamente, quizás fue su imaginación, o tal vez lo que vio no fue sino a un poblador severamente afectado por el alcohol, cosa que no escaseaba en el pueblo. De cualquier manera fue un suceso que no significó mucho, pasó el tiempo y el mundo se volvió cada vez menos misterioso, llegaron compañías de electricidad y de repente las calles le habían sido arrebatadas a las tinieblas nocturnas, llegaron escuelas y los niños aprendieron que los eclipses eran sucesos naturales y dejaron de esconderse cuando sucedían, el pueblo perdió un poco de misticismo y superstición.
En una ocasión mi abuelo, ya casado y con una abundante cantidad de hijos, se encontraba de regreso de un poco exitoso día de pesca, de la mano traía a una de sus hijas de unos 7 años y juntos caminaban a la orilla de la playa rumbo a su casa, debían de ser las 7 de la tarde pues el sol comenzaba con su rutinario declive y sus últimos rayos arañaban el horizonte, tornando el cielo de un hermoso color anaranjado, por momentos con una leve tonalidad púrpura. La playa estaba completamente vacía y ellos dos eran los únicos hasta donde el ojo humano podía alcanzar a ver. Repentinamente la pequeña apretó la mano del pescador.
- Papá, quiero irme a casa.
- Ya vamos para allá mi amor, en un rato más llegamos.
- Pero yo quiero irme ahora.
- Nos falta un poco más ¿no me dijiste que te gustaba la playa?
- Si, pero me da miedo esa señora, camina extraño.
El hombre volteó tras de si extrañado, a lo lejos la playa se extendía a muchos kilómetros pero no alcanzaba a ver nada. Su hija tiraba con fuerza de su camisa mientras se ocultaba de lo que tanto la asustaba.
- ¿Qué ves?- dijo Gabriel a la pequeña.
-Rápido papá, vámonos. Ella viene hacia nosotros, es una señora de blanco, tiene los pies cruzados y camina muy rápido. Tengo miedo.
Sólo bastaron esas palabras para que un maduro hombre de 40 años levantara a su hija en sus brazos y huyera corriendo con un intenso terror. La temperatura de la cálida costa descendió drásticamente y Gabriel sentía como una presencia puramente malvada se acercaba velozmente, aunque lo que más lo aterraba era lo familiar que le resultaba esa presencia. Al llegar al pueblo sintió con alivio como esa malévola sensación de ser perseguido se esfumaba, entró a su hogar, cerró con fuerza la improvisada puerta de madera de su casa de adobe y se tiró al suelo jadeando, su esposa rapidamente fue hacia él y lo levantó mientras asustada le preguntó que le había sucedido, ésta vez Gabriel no dijo nada, pidió una copita de mezcal y le explicó a su mujer que un perro los perseguía, de cualquier manera no había visto nada en realidad.
Mi abuelo me contó esta historia hace mucho, de hecho fue hace tanto tiempo que no la recordaba, no fue sino hasta hace unos días que vino a mi mente a raíz de un curioso acontecimiento. Me encontraba caminando por la calle con mi sobrinito de 4 años, habíamos ido a comprar unas cosas para su escuela y comíamos helado de regreso a casa. Repentinamente sentí como su pequeña mano apretaba con fuerza la mía y con su tierno dedo apuntó a un terreno baldío.
- Tío ¿tú conoces a esa señora de allá? No me gusta como camina, sus pies están como cruzados. ¿Podemos irnos?
No había nadie allá. Jamás había corrido tanto en mi vida.
¿Real o Ficticio?
Lo único que pienso es en la imaginación tan excesiva que tiene aquel niño. Puede que sucedieron los hechos, pero no de la forma que narra la historia, pero diré que esta historia es Real.
Es sabido por todos que los niños poseen una imaginación prodigiosa por el simple hecho de ser niños, dales una caja vacía y harán de ella una nave, un auto o hasta desearán vivir en ella, miramos con ternura como se divierten descubriendo el mundo y examinando aquellas cosas que desconocen, hasta es posible que noten algo que nosotros no.
La siguiente historia me la contó mi abuelo, ustedes podrán leer un poco más de él en otra historia que escribí. Él es un hombre campesino hecho y derecho, nacido y criado entre los cerros de la Sierra Madre del Sur. Cuando el era un niño abundaban las leyendas e historias de seres extraños y peligrosos, algunos robaban niños, mientras que otros hacían que los borrachos olvidaran donde estaban y cuando entraban en razón se hallaban caminando hacia su muerte en la cima de un escarpado cerro. Los niños crecían con un constante temor a lo que pudiera haber afuera del pequeño pueblo, a las penumbras que señoreaban las oscuras calles de la comunidad a la que aún no llegaba la energía eléctrica.
En una ocasión mi abuelo jugaba entre la maleza y los árboles junto con algunos niños y su prima, comenzaba a oscurecer pero allá nada significan los números en el reloj, la gente duerme cuando tiene sueño y se levanta cuando cantan los gallos, así que los despreocupados infantes corrían descalzos por el árido suelo pisando hierba seca y golpeándose con varas que encontraban, como Dios manda. Mi abuelo se apartó de los demás chicos por un momento y por simple capricho del destino se quedó observando el camino, era una pequeña vereda formada por el constante paso de caballos y burros, realmente no era muy larga pero parecía extenderse más allá de la vista, y se perdía entre los matorrales y los cercados de alambre de púas, aquellos que los campesinos colocaban para que el ganado no entrase a los terrenos de cultivo y arrase con todo a su paso.
El pequeño estaba a punto de dar marcha atrás y regresar con sus amigos cuando notó algo a la distancia, muy a lo lejos veía una figura que avanzaba de forma miserable hacia su posición, casi como si estuviese herida, conforme se acercaba podía apreciar más detalles. Tenía el pelo largo, seguro que era mujer, muy delgada, el pelo alborotado y vestiduras blancas, pero había algo más, sus piernas no eran normales, éstas se encontraban dispuestas de una forma tan extraña que inmediatamente causó pavor en el niño, estaban cruzadas en forma de equis y caminaba igual que un compás marca distancias sobre una hoja de papel, lo más asombroso era la velocidad a la que iba en esa posición, era como si estuviese corriendo movida por el más básico instinto de devorar o asesinar a lo primero que viera. El niño no lo pensó dos veces, regresó corriendo a donde estaban sus amigos y tomó a su prima fuertemente de la mano para correr con ella lo más rápido que sus piernas le permitiesen, sus ojos empapados en lágrimas se enfocaban únicamente en las tenues luces de las lámparas de petróleo del pueblo, su prima entendía que algo malo pasaba pero aún no era capaz de observar que era aquello de lo que escapaban.
- ¡Gabriel! ¿qué pasa? ¿porqué corremos?
- ¡Nos viene siguiendo, no te detengas!
Al llegar a su casa, el pequeño Gabriel cerró con fuerza la improvisada puerta de madera de la humilde construcción de adobe y se tiró al suelo sollozando, su madre rapidamente fue a él y lo levantó mientras que asustada le preguntaba que había sucedido, el chico contó con detalles todo lo que vió, describió la apariencia del extraño ser y lo rápido que corría, pero había un detalle, nadie más lo había visto. A la mañana siguiente el jovencito se apresuró a preguntarle a todos sus amigos si habían visto a aquella horrenda aparición tambien, pero todos lo negaron rotundamente, quizás fue su imaginación, o tal vez lo que vio no fue sino a un poblador severamente afectado por el alcohol, cosa que no escaseaba en el pueblo. De cualquier manera fue un suceso que no significó mucho, pasó el tiempo y el mundo se volvió cada vez menos misterioso, llegaron compañías de electricidad y de repente las calles le habían sido arrebatadas a las tinieblas nocturnas, llegaron escuelas y los niños aprendieron que los eclipses eran sucesos naturales y dejaron de esconderse cuando sucedían, el pueblo perdió un poco de misticismo y superstición.
En una ocasión mi abuelo, ya casado y con una abundante cantidad de hijos, se encontraba de regreso de un poco exitoso día de pesca, de la mano traía a una de sus hijas de unos 7 años y juntos caminaban a la orilla de la playa rumbo a su casa, debían de ser las 7 de la tarde pues el sol comenzaba con su rutinario declive y sus últimos rayos arañaban el horizonte, tornando el cielo de un hermoso color anaranjado, por momentos con una leve tonalidad púrpura. La playa estaba completamente vacía y ellos dos eran los únicos hasta donde el ojo humano podía alcanzar a ver. Repentinamente la pequeña apretó la mano del pescador.
- Papá, quiero irme a casa.
- Ya vamos para allá mi amor, en un rato más llegamos.
- Pero yo quiero irme ahora.
- Nos falta un poco más ¿no me dijiste que te gustaba la playa?
- Si, pero me da miedo esa señora, camina extraño.
El hombre volteó tras de si extrañado, a lo lejos la playa se extendía a muchos kilómetros pero no alcanzaba a ver nada. Su hija tiraba con fuerza de su camisa mientras se ocultaba de lo que tanto la asustaba.
- ¿Qué ves?- dijo Gabriel a la pequeña.
-Rápido papá, vámonos. Ella viene hacia nosotros, es una señora de blanco, tiene los pies cruzados y camina muy rápido. Tengo miedo.
Sólo bastaron esas palabras para que un maduro hombre de 40 años levantara a su hija en sus brazos y huyera corriendo con un intenso terror. La temperatura de la cálida costa descendió drásticamente y Gabriel sentía como una presencia puramente malvada se acercaba velozmente, aunque lo que más lo aterraba era lo familiar que le resultaba esa presencia. Al llegar al pueblo sintió con alivio como esa malévola sensación de ser perseguido se esfumaba, entró a su hogar, cerró con fuerza la improvisada puerta de madera de su casa de adobe y se tiró al suelo jadeando, su esposa rapidamente fue hacia él y lo levantó mientras asustada le preguntó que le había sucedido, ésta vez Gabriel no dijo nada, pidió una copita de mezcal y le explicó a su mujer que un perro los perseguía, de cualquier manera no había visto nada en realidad.
Mi abuelo me contó esta historia hace mucho, de hecho fue hace tanto tiempo que no la recordaba, no fue sino hasta hace unos días que vino a mi mente a raíz de un curioso acontecimiento. Me encontraba caminando por la calle con mi sobrinito de 4 años, habíamos ido a comprar unas cosas para su escuela y comíamos helado de regreso a casa. Repentinamente sentí como su pequeña mano apretaba con fuerza la mía y con su tierno dedo apuntó a un terreno baldío.
- Tío ¿tú conoces a esa señora de allá? No me gusta como camina, sus pies están como cruzados. ¿Podemos irnos?
No había nadie allá. Jamás había corrido tanto en mi vida.
¿Real o Ficticio?
Lo único que pienso es en la imaginación tan excesiva que tiene aquel niño. Puede que sucedieron los hechos, pero no de la forma que narra la historia, pero diré que esta historia es Real.
La Caja Dybbuk
La leyenda del dybbuk, surgida de la teología judía, que afirma que se trata de almas que no han podido continuar con el ciclo de las reencarnaciones y vagan por el mundo de los vivos en busca de un cuerpo
donde continuar con su existencia (Posesión demoniaca). Estos espectros
buscan un lugar donde puedan satisfacer sus deseos y anhelos que no
pudieron concretar cuando estaban vivos aunque hay que aclarar que nunca
tienen buenas intenciones y la mayoría de las veces cuando un Dybbuk se
mete en una persona generalmente acaba mal.
En el dybbuk el mal ha triunfado sobre el bien y por tal motivo intentan huir del castigo divino o acabar con asuntos pendientes. También puede suceder que sean las almas de personas malas como asesinos o violadores aunque en su gran mayoría son seres que se han desviado de la buena senda de Dios como borrachos o drogadictos.Para poder exorcizar a una persona poseída por un dybbuk, es necesario un rabino experto en la Cabala, junto con otras 10 personas en un círculo dentro la sinagoga y haciendo sonar un cuerno para desorientar al espectro. Mientras se realiza el sonido, se debe leer el Salmo 91 en tres ocasiones para comunicarse con el dybbuk y de esta forma solicitarle que abandone el cuerpo mientras se le indica el camino correcto que debe seguir para traerle paz a su alma.
¿Real o Ficticio?
La caja dybbuk es muy famosa y conocida para los amantes del terror, incluso han hecho una película en su honor, pero, sinceramente, me parece una historia Ficticia.
En el dybbuk el mal ha triunfado sobre el bien y por tal motivo intentan huir del castigo divino o acabar con asuntos pendientes. También puede suceder que sean las almas de personas malas como asesinos o violadores aunque en su gran mayoría son seres que se han desviado de la buena senda de Dios como borrachos o drogadictos.Para poder exorcizar a una persona poseída por un dybbuk, es necesario un rabino experto en la Cabala, junto con otras 10 personas en un círculo dentro la sinagoga y haciendo sonar un cuerno para desorientar al espectro. Mientras se realiza el sonido, se debe leer el Salmo 91 en tres ocasiones para comunicarse con el dybbuk y de esta forma solicitarle que abandone el cuerpo mientras se le indica el camino correcto que debe seguir para traerle paz a su alma.
¿Real o Ficticio?
La caja dybbuk es muy famosa y conocida para los amantes del terror, incluso han hecho una película en su honor, pero, sinceramente, me parece una historia Ficticia.
El Espejo de Myrtles Plantation
Myrtles Plantation es una de las casas más embrujadas de los Estados
Unidos y del mundo; queda en una plantación que se remonta a 1796 y fue
construida sobre un cementerio indígena.
Se dice que por lo menos diez asesinatos y sucesos paranormales ocurrían casi diariamente, pero de lo que más se habla es de un espejo que llegó a la casa en 1980. Los huéspedes de la finca han informado de figuras que salen del espejo, así como huellas de manos de tamaño infantil impresas a veces en el cristal.
La leyenda cuenta que el espejo contiene los espíritus de Sara Woodruff y sus hijos. Ellos fueron envenenados.
Aunque la costumbre dicta que los espejos deben ser cubiertos después de la muerte para evitar que los espíritus queden atrapados, este espejo no estuvo cubierto, por lo que la creencia asume que las almas siguen "viviendo" allí.
¿Real o Ficticio?
El problema de los espejos es que al proyectarse la luz solar nos perece ver reflejos que nos parecen fantasmas. Esos fantasmas, en mi opinión, solo son reflejos del espejo. Creo que esta historia Ficticia.
Se dice que por lo menos diez asesinatos y sucesos paranormales ocurrían casi diariamente, pero de lo que más se habla es de un espejo que llegó a la casa en 1980. Los huéspedes de la finca han informado de figuras que salen del espejo, así como huellas de manos de tamaño infantil impresas a veces en el cristal.
La leyenda cuenta que el espejo contiene los espíritus de Sara Woodruff y sus hijos. Ellos fueron envenenados.
Aunque la costumbre dicta que los espejos deben ser cubiertos después de la muerte para evitar que los espíritus queden atrapados, este espejo no estuvo cubierto, por lo que la creencia asume que las almas siguen "viviendo" allí.
¿Real o Ficticio?
El problema de los espejos es que al proyectarse la luz solar nos perece ver reflejos que nos parecen fantasmas. Esos fantasmas, en mi opinión, solo son reflejos del espejo. Creo que esta historia Ficticia.
miércoles, 28 de octubre de 2015
La Leyenda de Teke-Teke
Entre los japoneses circula una escalofriante leyenda
que habla de un espíritu femenino al que le falta la mitad inferior del
cuerpo. Dicen que se arrastra con las manos (terminadas en dedos
largos, con garras que pueden cortar carne como mantequilla) y que se
desplaza haciendo un sonido del cual recibe su nombre: “Teke Teke”.
La versión más difundida cuenta que, en
vida, aquel espectro era una joven mujer, que esperaba el tren pero cayó
en las vías, no tuvo tiempo de escapar de una muerte horrenda en la que
su cuerpo, fue partido en dos… Muy probablemente algunos la vieron caer
y no la ayudaron, ya que el Teke Teke es un fantasma que arde en ira,
buscando afanosamente compartir con cuantos pueda su amargo destino.
Así, cuentan que ha empujado a personas que estaban esperando el tren,
que ha atacado con sus garras dejando caras y espaldas sanguinolentas, o
incluso, según los más extremistas, que es capaz de arrastrarte y
lanzarte a las vías del tren o, si te la encuentras solo en alguna
oscura noche, puede destrozarte y usar sus garras para dividir tu cuerpo
en dos. Pero el asunto va aún mas lejos; pues, en cualquiera de los
casos en que la víctima muere, la versión extrema de la leyenda afirma que se convierte en otro “teke teke” más…
¿Real o Ficticio?
En mi opinión, esta historia me parece ficticia por una razón. El simple hecho de que una persona que muere aplastada o mutilada cayendo de un tren y que aún en la muerte desea matar de la misma manera a los demás, y además con medio torso partido pueda empujar a la gente con una fuerza mayor que la de una persona, debo sentenciar que esta historia es Ficticia.
martes, 27 de octubre de 2015
Polybius, el juego maldito
Una de las leyendas más misteriosas del mundo de los videojuegos es una que afirma que un antiguo juego que provocaba amnesias y suicidios entre sus jugadores. Este juego no es otro que Polybius, una especie de arcade surgido en el año 1981.
En aquella época Polybius (adaptación de otro juego llamado "Tempest"), tuvo un éxito considerable y mucha gente hacia cola para poder jugar al interesante juego. Sin embargo, en los siguientes días, mucha gente se quejaba de amnesias, cefaleas, pesadillas, insomnio, e incluso muchos jugadores estuvieron a punto de suicidarse.
Mucha gente aseguró que vio gente vestida de negro apuntando en un portapapeles qué personas hacían más puntos. Otros afirman que vieron una cara fantasmal cruzar la pantalla súbitamente. También afirman que aparecían mensajes subliminales como "Suicídate", voces bajo el sonido del juego, quejidos de pánico... Y el rumor se fue extendiendo.
Finalmente retiraron el juego, pero el misterio nunca será resuelto con este enigmático videojuego.
¿Real o Ficticio?
Tras investigar sobre el asunto de este misterioso juego, encontré una página donde el creador dice que finalmente se demostró que lo que causaba la amnesia y el insomnio eran las luces y el cambio repentino de luz a oscuridad que se producían, pero nunca llegaron a provocar suicidios. Debo decir que creo que esta historia es Real.
En aquella época Polybius (adaptación de otro juego llamado "Tempest"), tuvo un éxito considerable y mucha gente hacia cola para poder jugar al interesante juego. Sin embargo, en los siguientes días, mucha gente se quejaba de amnesias, cefaleas, pesadillas, insomnio, e incluso muchos jugadores estuvieron a punto de suicidarse.
Mucha gente aseguró que vio gente vestida de negro apuntando en un portapapeles qué personas hacían más puntos. Otros afirman que vieron una cara fantasmal cruzar la pantalla súbitamente. También afirman que aparecían mensajes subliminales como "Suicídate", voces bajo el sonido del juego, quejidos de pánico... Y el rumor se fue extendiendo.
Finalmente retiraron el juego, pero el misterio nunca será resuelto con este enigmático videojuego.
¿Real o Ficticio?
Tras investigar sobre el asunto de este misterioso juego, encontré una página donde el creador dice que finalmente se demostró que lo que causaba la amnesia y el insomnio eran las luces y el cambio repentino de luz a oscuridad que se producían, pero nunca llegaron a provocar suicidios. Debo decir que creo que esta historia es Real.
lunes, 26 de octubre de 2015
La Muñeca de Porcelana
"¡Mamá, quiero esa muñeca!" Dijo la pequeña Isabel
totalmente nerviosa por tener una nueva muñeca. "Volveremos mañana para
comprártela, ¿vale? pero recuérdamelo, Isabel" le contestó su madre en
la misma tienda de antigüedades.
Isabel tenía sólo siete años y medio, pero ella
podía tener todo lo que le gustaba gracias a su mirada de pena que les
ponía a sus padres. Esa misma noche, la pequeña tuvo dificultades para
dormirse ya que sólo pensaba en su futura nueva muñeca. Incluso si
tenía un brazo menos, era la muñeca de porcelana más bonita que había
visto nunca. Ella tenía muchas, pero esa iba a ser la más bonita de su
colección.
A la mañana siguiente, Isabel desayunó viendo sus
dibujos favoritos, como cada mañana. Había soñado tanto con su muñeca
que tenía sueño, estaba cansada y ya no quería esa muñeca. Ya no le
gustaba. Así que pasó el día enjugazada con otras cosas y no le recordó
a su madre que tenían que ir a por la muñeca, porque ya no la deseaba.
Llegó la noche e Isabel fue a acostarse al piso de
arriba. Ella tenía miedo de estar arriba sola, así que su madre subía
con ella y se ponía en la habitación de al lado a coser. Una media hora
más tarde de haberse acostado, una voz aguda despertó a la niña
susurrándole al oído: "Subo 1, 2, 3 escalones..." La pequeña Isabel
gritó asustada llamando a su madre: "Mamá, hay alguien en la escalera
que hace ruido" Su madre la tranquilizó diciendo que no había nada en
absoluto. En cuanto la madre abandonó la habitación, Isabel volvió a
oír ese susurro que le dijo "Subo 4, 5, 6 escalones..." De nuevo Isabel
llamó a su madre. Su madre le volvió a contestar que se tranquilizara,
que sería el ruido del frigorífico.
Pero la pequeña voz continuó subiendo las escaleras:
"Subo 7, 8, 9, 10 escalones y ya estoy en el pasillo", repitió la
pequeña voz con una risa sarcástica.
A la mañana siguiente, la madre de Isabel se
sorprendió de despertarse antes de ella. Pero pensó en las dificultades
que había tenido para dormirse y pensó que estaría cansada. Pero
transcurrida una hora le pareció raro que aún no se hubiera despertado,
por lo que subió a ver cómo estaba su hija. La madre gritó con terror
viendo a su hija ahogada en su propia sangre y apuñalada más de 17
veces, con el brazo arrancado y viendo a esa pequeña y adorable muñeca
de la tienda de antigüedades con el brazo de su hija como sustituto del
suyo.¿Real o Ficticio?
Estas historias cortas de terror siempre me han llamado la atención porque son como pequeños instantes de terror, sin embargo todas las que he visto, incluyendo esta, me parecen Ficticias.
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